“Otra vez, otra vez”. Esta era la frase más escuchada tras el pitido final el pasado domingo en Matapiñonera. La grada del Sanse veía como su equipo había tenido buenos minutos finales en ataque. Sin embargo, había vuelto a perder puntos en el tramo final. Esta vez contra el Peña Deportiva. La mala suerte había llegado de nuevo al campo franjirrojo. Ya le pasó en la jornada 5 cuando el Oviedo “B” le quitó el empate en el descuento. O en la jornada 7 con el Castilla. Estos tres choques le han dejado con seis puntos menos. Ahora mismo estaría con 13 puntos, a uno de la salvación. Así, a este equipo no lo salva ni Guardiola con este promedio de desgracias. Josico no ha echado por la borda esta dinámica matadora. Así es imposible no descender.
Tácticamente al Sanse se le vio otro aire con el nuevo entrenador. Probablemente ya no tenga la intención de jugar al toque como Manolo Cano (más en la temporada pasada que en esta). Ahora es más efectivo, dadas las circunstancias adversas. Uno o dos pases cortos y balón arriba. Y sin balón, todos a presionar con más actitud. Esto último se agrade. Con el 0-0 inicial fue la idea del nuevo míster. Mucho más descarada en los últimos quince minutos finales, lo cual valió para el empate y la derrota final con una defensa demasiado desprotegida. El “todos arriba” está muy bien para equipos seguros de sí mismos. Para los que les golean por falta de confianza es un cara o cruz.
¿Cómo se consigue que el Sanse salga de la última posición? “Ganando”, decía Josico en la rueda de prensa posterior al partido del domingo. Una respuesta simple que esperemos se complete con entrenamientos más elaborados. Si hay que vivir en lo que queda de liga con los típicos resultados aburridos de 1-0 o 0-1 a favor creo que la grada lo firma. Más que el espectáculo de dominar partidos y perder. Eso sí, para ello deben desaparecer la mala suerte y la zaga endeble. Hay tiempo todavía. Eso, o si pasan las fechas y no se gana, habrá que llamar a un experto en esoterismo para quitar el mal de ojo.
