El perro es el mejor amigo del hombre, un fiel compañero que muchas personas deciden tener. Entre las leyes que rodean a los canes, se encuentra la que dice que no se pueden llevar perros sueltos. Para soltar a los perros ya se encuentran los parques para perros también conocidos como ‘pipican’. Sin embargo, algunos de San Sebastián de los Reyes, se encuentran en un mal estado y esto hace pensarse a muchos vecinos soltarlos en estos parques.
Es el caso del parque para perros situado en el Parque de los Arroyos, junto a la Avenida Rosa de Luxemburgo. Los usuarios habituales que deciden soltar a sus perros en este lugar, reclaman que haya un poco más de preocupación por parte del ayuntamiento en su mantenimiento. Comprenden que puede haber cosas más importantes, pero no piden mucho, tan solo un poco de limpieza y sobre todo arreglar ciertos agujeros que causan tropiezos, torceduras e incluso esguinces. Esguince que, aseguran, ya sufrió un hombre que no vio uno de estos agujeros.
«Los agujeros son un peligro, yo mismo me he llegado a tropezar y un vecino ya sufrió un esguince», afirma uno de los dueños que suelta el perro en el parque. En ocasiones, han tenido que meter mucha presión al ayuntamiento para que los servicios de mantenimiento se pasasen por la zona. Sin embargo, expresan que esto es poco habitual.
Con respecto a la limpieza, los más responsables siempre recogen los restos que generan sus perros. Sin embargo, la suma de algún dueño incívico con la propia suciedad que genera su perro y la basura que no tiene que ver con los propios animales (caída de hojas, plásticos que vuelan desde el parque, etc.) propicia que sean los propios vecinos los que se hayan organizado para limpiar el parque.
Disponen de material que han llevado entre todos al parque porque, declaran que no hay nadie que acuda a limpiar y ni siquiera realizar ninguna limpieza a fondo. Esto, consideran, es un problema y por ello demandan un mínimo mantenimiento. Transmiten que se han puesto en contacto con el ayuntamiento, pero que esto les ha servido para poco.
En definitiva, lo que reclaman es un poco más de atención. Entienden que hay asuntos más importantes, pero que un poco de preocupación si es necesaria para mantener mínimamente el lugar. Mantenerlo y evitar riesgos para sus fieles compañeros, los perros, y evitar traspiés inoportunos que acaben en sustos o esguinces.