Al amanecer del día 30 de noviembre las tropas francesas atacaron el puerto de Somosierra para coronar las alturas de éste. Irritado Napoleón, que venía al frente de lo más granado de la “Grand Armée”, por la resistencia española, ordenó la celebre carga, que ha pasado a la historia, de los lanceros polacos, los cuales llegaron a los altos que dominan el desfiladero y abrieron el camino hacia Madrid, es la denominada Batalla de Somosierra.

El día 2 de diciembre las tropas francesas que estaban al mando del propio emperador atraviesan nuestra localidad con el fin de poner cerco a la capital del reino, de Madrid.

Está documentado que Napoleón no llegaría a entrar en la ciudad, pues asentaría su puesto de mando en la villa de Chamartín de la Rosa, parece ser que se alojó en el Palacio del Duque de Pastrana.

San Sebastián de los Reyes, ya venía sufriendo desde el mes de marzo la ocupación de las tropas francesas al mando del Duque de Berg, pero el golpe de gracia lo sufrirían este 2 de diciembre, en el que el ejército francés saquea la población, desde la primera casa hasta la última, padeciendo su vandalismo tanto la iglesia parroquial como el Ayuntamiento. Cuenta la tradición oral que al llegar las tropas la localidad estaba vacía, sus habitantes habían huido al tener noticia de las atrocidades que venían cometiendo en todos los pueblos según avanzaban hacia Madrid.

La pregunta es que dónde se escondieron nuestros antepasados, pues hay noticias que al día siguiente todos volvían a su casa a comprobar los desmanes sufridos. Existe la hipótesis de que no estaban muy lejos, sino que muchos de ellos se encontraban escondidos en la red subterránea de cuevas, bodegas y galerías que recorría todo el casco urbano, y que ha subsistido hasta muy recientemente.

Las pruebas de este saqueo se conservan en el Archivo Municipal, pues son numerosos los documentos –certificaciones juradas- que así lo atestiguan.

El Ayuntamiento publica el siguiente edicto:

Que en virtud de las órdenes superiores para su puntual cumplimiento, se cita, llama y emplaza por término de seis días con denegación de otro, a todos los vecinos de este pueblo que de resultas de las tropas francesas en primero de diciembre, hubieren padecido extravío de bienes muebles, alhajas y demás efectos de su respectiva casa, para que comparezcan ante los señores Justicia a efecto de declarar bajo juramento y con distinción los bienes que le saquearon y su total valor, bien entendido que cada uno de dichos vecinos ha de presentar su relación circunstanciada de todo.

En el Archivo Municipal se han conservado 25 certificaciones juradas, entre ellas la del cura párroco. Son documentos muy interesantes, pues en ellos quedan reflejados los desmanes y saqueos de bienes muebles y semovientes que padeció la población. 

El escribano del Ayuntamiento, Joaquín Esteban López, describe en un documento años después, que las tropas francesas se dedicaron a tirar los documentos y legajos del Archivo a la Plaza. Es de tener en cuenta que es un dos de diciembre y que el suelo de la plaza debía encontrarse totalmente embarrado, máxime contando que la caballería francesa había estado pisoteado la misma.

No obstante, consideró que alguien, vecinos o autoridades, con buen criterio debieron recuperar parte de estos documentos, pues cuando me hice cargo del Archivo Municipal y al ordenarlo y clasificarlo me encontré con documentos que tenían barro solidificado. Entre la documentación que se perdió se encontraba el llamado “Libro de la Correa” que era el que contenía todos los privilegios y documentos que la cancillería real había otorgado a San Sebastián de los Reyes. Por ello, siempre he considerado que este hecho histórico ha sido el más perjudicial para nuestro patrimonio documental.

Santiago Izquierdo G. Bárcena.

Cronista Oficial y Archivero emérito de San Sebastián de los Reyes.

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