Estos últimos días, durante las Fiestas de San Sebastián de los Reyes de 2021, un joven llamado Daniel denunciaba en redes sociales que había sufrido una agresión física motivada por su orientación sexual. Esto convirtió a la agresión física en una agresión homófoba. Desde un primer momento quise darle visibilidad y mostrar mi solidaridad con la víctima, pero ahora que han pasado unos días y tengo la oportunidad de escribir estas líneas, me gustaría tratar de analizar el origen de un odio visceral tan agresivo y permanente en el tiempo como el que lleva siglos sufriendo la comunidad LGTBI.

Juan Angulo, Podemos Sanse

Antes de entrar en detalles, es necesario exponer lo que debería ser evidente: ser homosexual, transexual, bisexual, etc., es una realidad incuestionable en nuestra sociedad. De hecho, la propia Constitución Española blinda esta libertad personal de amar a quien se quiera amar y de ser quien se quiera ser en el artículo 14: «Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social«. También se trata de una realidad recogida en el artículo 2 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: «Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición«.

«Todos tenemos en mente las duras imágenes de Afganistán«

Esto implica que disfrutar y exteriorizar cualquier orientación sexual es un derecho garantizado en una sociedad como la española. Pero no todas las sociedades gozan del mismo nivel de respeto por los Derechos Humanos. Todos tenemos en mente las duras imágenes de Afganistán, donde, tras décadas de desastrosas operaciones militares, EE.UU. y la OTAN reconocen su fracaso y abandonan el país en manos de los ultras religiosos, quienes unen de forma indisoluble la religión y el Estado. Esos mismos ultras que desprecian los derechos de las mujeres y de los homosexuales, condenados a las más duras penas por el mero hecho de existir.

Existe una fina línea que une de manera casi invisible a todos los fundamentalismos religiosos. Con las diferencias y características propias de cada contexto, todos esos extremismos rechazan el papel activo de la mujer en la reclamación de sus derechos sociales a través del feminismo. También rechazan la lucha de la comunidad LGTBI por asegurar su propia supervivencia, por vivir sin ser agredidos ni perseguidos como lo fue Daniel en nuestras fiestas, o sin que esa agresión se prolongue hasta la muerte, como el triste y reciente caso de Samuel en A Coruña.

Ese papel fundamentalista religioso y opresor contra la libertad de las mujeres y la comunidad LTGBI está representado en España, entre otros, por El YunqueSe trata de una organización vinculada las grandes corrientes de pensamiento ultraconservador del mundo, que agrupa, financia y alimenta intelectualmente a otros colectivos, como HazteOir, o la Asociación Española de Abogados Cristianos. Según los documentos filtrados recientemente por WikiLeaks, en su publicación The intolerance network[1], de la que se hacía eco la prensa española este verano[2], son las mismas organizaciones que a su vez han financiado de forma multimillonaria partidos de extrema derecha para llevar esas ideas ultras a las Instituciones.

«La misoginia y la homofobia están tan arraigadas en el discurso político de la ultraderecha española«

Por eso la misoginia y la homofobia están tan arraigadas en el discurso político de la ultraderecha española. Por eso tienen responsabilidad intelectual directa en el blanqueamiento del discurso del odio machista u homófobo, que posteriormente se traduce en agresiones. Por eso la primera medida que han solicitado allá donde han obtenido representación institucional o posibilidad de formar gobierno es la censura parental en los colegios sobre determinados temas, como la educación sexual o la igualdad de géneros. Son conscientes de que en las escuelas públicas se construye la ciudadanía consciente de la próxima generación, y ellos prefieren, contradiciendo a nuestra Constitución, una próxima generación donde los derechos de las mujeres y los homosexuales sean subjetivos, cuestionables y opinables.

No queremos decir con esto que la religión (cualquiera de ellas) vaya a ser siempre interpretada de forma radical. Nada más lejos de la realidad. Por suerte, existe una inmensa mayoría de personas, religiosas o no, pero de buena voluntad, que, a través de diversas maneras, intentamos crear un mundo más unido, más justo y basado en el amor. Un amor sin condiciones y sin peros. Con ellos y con ellas vamos a estar siempre de acuerdo, sin cuestionar el camino que han decidido seguir para luchar por el bien común de todas las personas.

«Desde las Instituciones tenemos la obligación constitucional de conservar la aconfesionalidad del Estado»

Desde las Instituciones tenemos la obligación constitucional de conservar la aconfesionalidad del Estado y la neutralidad religiosa en nuestras acciones políticas, algo que, por cierto, tampoco se respeta demasiado en San Sebastián de los Reyes. Pero, sobre todo, tenemos la obligación de defender la Constitución Española y los Derechos Humanos, y de acoger, acompañar y solidarizarnos con quien vea sus derechos menoscabados o agredidos.

Pero existe también una responsabilidad en cada uno y en cada una de las posibles lectoras de estas líneas: la responsabilidad del día a día. La de no tolerar el chiste machista, la de no justificar el discurso de odio, la de llamar la atención, la de intentar evitar ese comportamiento racista, machista u homófobo que aparece en cualquier momento y en cualquier lugar, y que crece socialmente como una bola de nieve hasta justificar una despreciable agresión física.

Esos pequeños detalles son los que cambian el mundo y hacen mejores las sociedades. Esos pequeños detalles imperceptibles, pero sostenidos por mucha gente buena y en muchos lugares cercanos, que, haciendo pequeñas cosas, podemos cambiar el mundo y conseguir que en las próximas Fiestas de Sanse, cuando podamos celebrarlas con normalidad, los comportamientos violentos sean sólo un mal recuerdo del pasado.


[1]
                        [1]https://wikileaks.org/intolerancenetwork/?q=&count=200&sort=0#searchresult

[2]
                        [2]https://www.publico.es/politica/exclusiva-wikileaks-grandes-fortunas-altos-ejecutivos-espanoles-financiaron-nacimiento-vox-partir-grupo-ultracatolico-hazte-oir.html

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