DigniMujer se concentra una vez más en contra de la violencia de la mujer. El acto será el sábado 15 de enero a las 13:00 horas en el Parque de la Marina de Sanse. Será entrada libre y respetando las medidas santarias.

Este es el manifiesto que se leerá en la concentración que reproducimos íntegramente:

Concentración de DigniMujer de noviembre. Foto: DigniMujer

Bienvenidas otro mes más, este primer mes del año 2022 a la concentración mensual que hacemos para denunciar las violencias machistas, y en particular su forma más terrible y cruel, los asesinatos machistas.

Nos alegramos que nuestro país a partir de este mes de enero sea el primer país de Europa en contabilizar de forma oficial no solo los feminicidios perpetrados en el contexto de la pareja o expareja, sino también aquellos perpetrados por hombres que no han tenido relación afectiva previa con la víctima. Esto es algo que desde Dignimujer hemos hecho siempre, desde nuestra primera concentración hace más de 8 años, porque sea cual sea la relación previa de la víctima con su asesino, todos son asesinatos machistas y deben de ser considerados como tal. Esta es una es demanda que hemos hecho siempre desde el movimiento feminista.

Por eso sabemos que en el 2021 las mujeres víctimas de asesinos machistas un total de 78, muy por encima de las cifras oficiales que registran un total de 43 asesinatos machistas. 78 mujeres que han perdido la vida a manos de hombres que se consideraron con derecho sobre las vidas de las mujeres, 78 mujeres que dejaron hijas, hijos, madres, padres, amigos y personas queridas destrozados para siempre.

Hoy queremos comenzar el año hablando de una forma de violencia contra las mujeres que frecuentemente no se aborda como tal y que son los vientres de alquiler. Los vientres de alquiler son una forma de violencia contra las mujeres porque considera a las mujeres gestantes y a sus cuerpos, y a las criaturas que nacen de ellos, como simple y pura mercancía, como cosas, como productos con los que se puede comerciar.

LAS MUJERES NO SE PUEDEN ALQUILAR O COMPRAR DE MANERA TOTAL O PARCIAL

Para poder abordar esta cuestión de forma objetiva, en primer lugar es necesario que tengamos claro que la maternidad y la paternidad no son derechos, sino deseos. Es decir, es legítimo desear ser padre o madre, pero serlo no es un derecho como si lo es acceder a la educación o a un sistema sanitario de calidad. Como deseos que son, la maternidad y la paternidad nunca deben ejercerse y lograrse a partir de la vulneración de los derechos de otras personas, en este caso las mujeres gestantes y de las niñas y niños.

Por ello, como feministas, denunciamos y mostramos nuestro absoluto rechazo a la utilización de las mujeres y sus vientres con fines de gestación para otros, por las siguientes razones:

  • Porque los vientres de alquiler vulneran de forma directa los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres gestantes: La maternidad por sustitución niega a las mujeres gestantes el derecho a decidir durante el proceso de embarazo y a tomar decisiones relativas a la crianza, cuidado y educación de la o el menor.
  • Porque los vientres de alquiler, la mal llamada “maternidad subrogada”, supone legitimar el control sexual de las mujeres, al igual que suceden con la prohibición del aborto o la regulación de la prostitución como “trabajo” sexual.
  • Porque alquilar el vientre de una mujer no se puede catalogar como “técnica de reproducción humana asistida”. Las mujeres no somos máquinas reproductoras que fabricamos hijas  e hijos para otras personas que no pueden tenerlos. Es, por el contrario, un evidente ejemplo de “violencia obstétrica” extrema.
  • Porque de nuevo, “los vientres de alquiler” explotan y se aprovechan de la pobreza y las dificultades económicas que mujeres en condición de pobreza aquí y en otros países enfrentan para poder tener ingresos con los que mantener a sus familias. Denunciamos las campañas engañosas que invitan a mujeres jóvenes y en condición de pobreza a ser “solidarias” con otras mujeres alquilando sus vientres o vendiendo sus óvulos.
  • Porque la perspectiva de los Derechos Humanos supone rechazar la idea de que las mujeres sean usadas como contenedoras y sus capacidades reproductivas sean compradas. El derecho a la integridad del cuerpo no puede quedar sujeto a ningún tipo de contrato.

Así pues, nos declaramos en contra de cualquier tipo de regulación en torno a la utilización de mujeres como “vientres de alquiler”.…

Vivimos tiempos en los que el imparable capitalismo global convierte todo en mercancía y posibilita su comercialización. Todo es susceptible de ser comprado y vendido. Tanto es así, que para poder tener hijos hoy lo más importante es tener dinero. 

Los vientres de alquiler son una práctica prohibida en España, pero hay parejas y personas que –a través de la intermediación de agencias- viajan a otros países donde sí es legal, aprovechándose de la situación y las necesidades de mujeres en condición de pobreza que ven en los vientres de alquiler una posibilidad para lograr ingresos.

La Plataforma Stop Vientres de Alquiler nace en 2017 con la necesidad de crear conciencia de que, lo que se conoce como gestación subrogada, no es más que la “explotación reproductiva de mujeres y un mercado de bebés”. La Plataforma denuncia que los vientres de alquiler son una práctica que se “está convirtiendo en algo a lo que aspiran ciertas personas, superficiales y carentes de ética”. Una opinión que está en la línea de lo que piensa la abogada experta en Derechos Humanoso Nuria González, que afirma que los vientres de alquiler evidencian “la frivolidad de la gente” que accede a esta práctica que “viola los derechos de las mujeres y de los niños”.

Para Stop Vientres de Alquiler es “la manifestación más visible del tráfico de menores y trata de mujeres con fines de explotación reproductiva”. Una actividad que además de la incuestionable violación de los derechos de las mujeres, supone la violación del derecho a la identidad de las y los menores que nacen de un vientre de alquiler. Nuria González advierte que se trata de una actividad “que busca erradicar la identidad de la madre” a pesar de que es un derecho fundamental que recoge la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño y la Niña.

El Estado español se están violando estos derechos desde 2010, cuando se aprobó la orden por la que el Colegio de Registradores y Notarios puede inscribir en nuestro país a los bebés nacidos de vientres de alquiler. Se trata de la orden administrativa sin rango de ley que, según la abogada, se podría “eliminar sin más trámites” y supondría “la paralización en seco de las inscripciones de las niñas y niños nacidos a través de esta práctica”.

No entendemos como el Gobierno, que se ha posicionado públicamente en contra de los vientres de alquiler, el de terminar con esta norma administrativa que las asociaciones y plataformas feministas denuncian desde hace años, y que supone “la legalización de facto de los vientres de alquiler”.

Exigimos pues que el gobierno y los partidos políticos tomen de forma urgente las medidas necesarias para prohibir los vientres de alquiler, así como la inscripción de niñas y niños nacidos estas prácticas violentas contra las mujeres. Exigimos también que se sensibilice y se conciencie a la sociedad sobre lo que esta práctica supone en cuanto a vulneración de derechos de las mujeres, para incrementar su rechazo social y la legitimación de quienes la ejercen.

No podemos seguir tolerando que el sistema nos trate como cosas, como úteros o como cuerpos que se pueden alquilar o comprar. No podemos seguir tolerando la violencia contra las mujeres bajo ninguna manera y expresión.

Basta ya, estamos hartas

Basta ya, queremos caminar libres

Basta ya, esto es una emergencia nacional

Estamos aquí para reivindicar que somos la mitad de la población y que nunca nos van a callar, hoy más que nunca, la revolución será feminista o no será.

AYÚDANOS A VISIBILIZAR EL PROBLEMA. NO TE CALLES, NO PERMITAS que esto SIGA FORMANDO PARTE DE NUESTRO DÍA A DÍA. GRITA con nosotras NI UNA MENOS!!

¡NI UNA MENOS, LIBRES NOS QUEREMOS!  ¡NI UNA MENOS, LIBRES NOS QUEREMOS!

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