El 2 de febrero de 2023 se presentará en el Teatro Auditorio Adolfo Marsillach (TAM) un libro muy especial: San Sebastián de los Reyes 1931-1941: Una historia convulsa. Este libro pretende sacar de la ocultación los acontecimientos de la Guerra Civil Española en San Sebastián de los Reyes, así como la represión durante los primeros años del franquismo en este pueblo, incluyendo los muy numerosos juicios sin garantías de los tribunales militares franquistas.
Se trata de una obra profundamente trabajada y cuidada en detalles, con abundante documentación gráfica. En ella se ha rescatado la memoria de estos acontecimientos no desde la venganza, sino desde la honestidad de narrarlos con la mayor cercanía posible a cómo sucedieron para dignificar a las víctimas, hablando de ellas como personas normales integradas en una sociedad, con ideologías determinadas que apoyaban los valores de la República. Sus autores han querido que el libro sea un regalo para sus descendientes y una memoria colectiva de lo acontecido, de la que mucho se puede aprender.
Un grupo de vecinos y vecinas de San Sebastián de los Reyes fueron invitados en 2015 a un homenaje que se hacía a los 108 fusilados en Colmenar Viejo, donde numerosos republicanos fueron fusilados tras la guerra, de los cuales 25 eran de San Sebastián de los Reyes. Esos vecinos se constituyeron en 2018 en la Asociación Comisión de la Verdad San Sebastián de los Reyes (ACVSSR).
La persona que obtuvo esta información del Archivos General e Histórico de Defensa, el historiador Roberto Fernández Suárez, estaba preparando un relato que narrase los hechos acontecidos durante parte de la II República, la Guerra Civil y el primer franquismo en San Sebastián de los Reyes. Estuvo investigando los, aproximadamente, 120 consejos de guerra a vecinos y vecinas de San Sebastián de los Reyes. Roberto Fernández cedió los derechos de autor a la asociación y así esta, hace dos años, editó el libro: “San Sebastián de los Reyes durante la Segunda República, la Guerra Civil y el Primer franquismo”, que contiene los nombres de 131 personas que fueron víctimas de la guerra civil y el franquismo en aquella época en nuestra localidad, que fue presentado en el TAM en un “Jueves de la Memoria” (actividad que organiza la ACVSSR en colaboración con el Ayuntamiento) en 2021.
El Director General de Memoria Democrática, Diego Blázquez, acudió a la presentación de dicho libro y lo alabó mucho. Sin embargo, la Asociación y el propio autor pensaron que el libro tenía la carencia de no explicar quiénes eran las víctimas fallecidas y los que sufrieron los Consejos de Guerra. Aprovechando la oportunidad de que el gobierno actual había lanzado convocatorias de ayudas para poder realizar actividades relacionadas con la Memoria Democrática, en la convocatoria del año 2021 enviaron la propuesta de revisión de este libro para incrementar el relato histórico e incluir las biografías de estas personas. Se les concedió 5.000 euros para dicho fin y se pusieron manos a la obra. Todas las fotografías de esta nueva obra: San Sebastián de los Reyes 1931-1941: Una historia convulsa, fueron aportadas por los descendientes de las víctimas con los que la Asociación Comisión de la Verdad San Sebastián de los Reyes ha logrado contactar. La lista de víctimas se vio incrementada a 147 víctimas y el último de ellos se incluyó estando ya el libro en pruebas de imprenta. Todas ellas tienen sus biografías, algunas de ellas amplias, con numerosos testimonios de familiares y otras son más breves porque solo se pudo conocer parte de su biografía a partir de su consejo de guerra.
Manuel Mateo López, alcalde de San Sebastián de los Reyes en la época de la Guerra Civil fue una de las víctimas que fueron fusiladas en esa localidad. Fue fusilado en Colmenar Viejo junto al secretario del Ayuntamiento, José María Bertocini Castell en el Cementerio del Este de Madrid. El nuevo libro resultante contiene las cartas de despedida de muchos de los fusilados a sus familias, entre ellas para Manuel Mateo López. Lo fusilaron el domingo 22 de octubre a las 6 de la mañana, cuando era habitual no fusilar en domingos. El sábado 21 de octubre a las once de la noche llegó la orden de fusilamiento para él y otro compañero de Moralzarzal. Según su hijo, el lunes 23 se recibió una comunicación con la conmutación de su pena de muerte, aunque no haya documentación que lo atestigüe.
El libro contempla tanto los diez asesinatos de vecinos de San Sebastián de los Reyes cometidos por grupos incontrolados de republicanos como los treinta y dos fusilamientos de vecinos de San Sebastián de los Reyes cometidos por los golpistas una vez acabada la guerra así como los aproximadamente ciento veinte consejos de guerra que hubo, una vez Franco se hizo con el poder de la nación, y los muy numerosos crímenes posteriores de la Dictadura, que, una vez alcanzada la victoria, quiso mantener la actitud de sembrar el terror de cuantos aquellos se atrevían a cuestionar en mayor o menor grado sus métodos y planteamientos.
Tras el golpe de estado del 17 de julio de 1936 y el estallido de la Guerra Civil el 18 de julio del mismo año, el ejército republicano detuvo y llevó a la cárcel del municipio a la personas de derechas en represalia por los asesinatos y violaciones cometidas por los golpistas. Fueron trasladadas a Madrid, a la Dirección General de Seguridad, de ellas 8 fueron asesinadas en Paracuellos. El resto pudo regresar al pueblo. Junto a estos 8 vecinos, asesinaron al carnicero y al cura, el número total de personas asesinadas fue de 10. Sin embargo, la represión tras el final de la guerra fue muy superior. El Régimen sembró el terror entre la población para evitar cualquier conato de resistencia. Toda la inquina acumulada tras la guerra española fue el principal desencadenante de las atrocidades que se cometieron por el régimen franquista, que estuvieron menos relacionadas con lo político que con rencores personales.
Los tribunales militares, establecidos al terminar la guerra por los golpistas realizaban juicios extremadamente rápidos para personas de los pueblos que tenía asignados cada cabeza de partido. Colmenar Viejo, una cabeza de partido, tenía asignado Moralzarzal, Soto del Real, Manzanares el Real, El Molar, Miraflores de la Sierra, San Sebastián de los Reyes, Fuencarral, Hortaleza y el propio Colmenar Viejo. De esta forma juzgaban a las personas de estas localidades, que eran denunciadas por sus vecinos -aunque no aportaran ninguna prueba- sin ninguna garantía de defensa, realizados de manera pública, a modo de escarnio. Estos juicios realizados por los tribunales militares se llamaban consejos de guerra sumarísimos. A las denuncias de los vecinos y vecinas les seguían sendos informes del cura párroco, del nuevo alcalde franquista, del jefe de Falange y de la Guardia Civil.
Las personas que fueron víctimas de los tribunales militares de los consejos de guerra fueron sometidas a juicios injustos sin ninguna posibilidad de defensa y acompañados de escarnio público sin apenas atisbo de piedad. Si bien es cierto que del 24% de estos consejos de guerra que recayeron sobre mujeres ninguna fue condenada a muerte, pero sí que fueron encarceladas, y las que no lo fueron, fueron torturadas y humilladas con prácticas degradantes: las raparon el pelo las hicieron tomar aceite de ricino y las pasearon en procesión por el pueblo para su humillación pública. La mayoría de estas mujeres habían colaborado con Socorro Rojo Internacional, un equivalente de la Cruz Roja, centrado en ayudar a la República proporcionando cuidados médicos y elaborando ropa para los milicianos, entre otras actividades. Cuando muchas de estas mujeres regresaron de la cárcel fuerondesterradas y no pudieron regresar a sus hogares, debiendo permanecer varios meses fuera del pueblo. Algunas no regresaron nunca. Al volver, se encontraban sin trabajo y tenían varias bocas de niños que alimentar de los que se habían hecho cargo fueran propios o no y, en muchas ocasiones, no tenían cómo alimentarlos. Buscaban entonces bellotas en la Dehesa Boyal de San Sebastián de los Reyes, pero los sacos llenos de bellotas les eran requisados por las autoridades y se les ponía una multa, a pesar de ser la Dehesa Boyal propiedad municipal. Muchas de estas mujeres fueron detenidas, siendo utilizadas como “cebo” para detener a sus maridos, juzgarlos, y, en algunos casos, fusilarlos.
Este libro termina recogiendo en total 147 consejos de guerra cuando acabó la guerra, de los cuales 32 fueron fusilados. Esto viene a decir que de cada diez vecinos de San Sebastián de los Reyes, independientemente de su edad y sexo, uno o había sido fusilado o se encontraba en la cárcel en aquella época. Así, tras terminar la guerra, con la Dictadura, se juzgó a numerosas personas jóvenes que por pertenecer a sindicatos, tener algún cargo en el Ayuntamiento o tener determinadas ideas podían resultar incómodas para el Régimen. También se hizo una depuración en el profesorado, para procurar quedarse solo con aquellos de ideas afines o quienes no manifestaban, al menos, ideas contrarias y se exigió a los docentes que acusasen a sus compañeros de ideas republicanas.
En la Sierra Norte de Madrid estaban los grandes pantanos que suministraban agua a la capital. Los golpistas querían cortar el suministro de agua a Madrid. Como no lograron entrar en Madrid, se fueron del Oeste hacia el Norte para tratar de controlar esa zona, pero no lo lograron y esta zona estuvo en manos republicanas hasta que acabó la Guerra. En Buitrago se encontraba el llamado “Frente del Agua”, en el que se encontraban milicianos de San Sebastián de los Reyes, junto a las Brigadas Internacionales y el Ejército Republicano defendiendo los pantanos. A Paredes de Buitrago fueron 53 jóvenes milicianos de San Sebastián de los Reyes. Las mujeres, madres, hijas, hermanas o sus parejas, iban de vez en cuando a visitarlos.
Uno de los hechos más desgraciados acontecidos durante la Guerra fue el que desencadenó cuando un conocido carnicero de San Sebastián de los Reyes, de ideas conservadoras, pero que decidió afiliarse a la CNT, tuvo un enfrentamiento con la mujer de uno de los 53 hombres que se fueron a defender los pantanos a Paredes de Buitrago. Esta mujer, como era analfabeta, algo frecuente en el pueblo por aquella época, pidió que los hechos fueran transcritos por una vecina para relatárselos a su marido. Esta llegó a Paredes de Buitrago y, al recibirla, los 53 enviaron una carta firmada a la dirección de la CNT para que diera un toque de atención al carnicero. Esta carta no llegó a la CNT al ser interceptada y, desgraciadamente, el carnicero apareció asesinado. Al terminar la guerra, en represalia por la desaparición del carnicero, que no fue cometido por personas de San Sebastián de los Reyes, la mujer del mismo, que terminó leyendo la carta, responsabilizó a la CNT de estos hechos y, de esta forma, condenaron a los cincuenta y tres a pena de muerte. Algunas de ellas fueron conmutadas y reducidas en años de prisión, pero fusilaron a más de veinte de ellos.
San Sebastián de los Reyes, por aquel entonces, tenía 1439 habitantes. Era una pequeña población rural que estaba comenzándose a abrir poco a poco al sector servicios con algunos poco habitantes que comenzaban a combinar el trabajo agrícola y el pastoreo con tareas tales como la farmacia, la carnicería o la construcción. Era una zona de pequeñas fincas, de las cuales algunas agrupaciones de fincas habían pertenecido a personas de la aristocracia y terminaron incautadas por los sindicatos UGT y CNT, donde trabajaron más de 70 jornaleros afiliados a cada sindicato. Esto ayudó al bando republicano a suministrar comida a las personas durante la Guerra Civil. Existe un recorte de periódico del año 1938 en el que la Delegación Provincial de Abastos al alcalde Manuel Mateo López por la buena administración de estas colectividades que alimentaban a su pueblo, los pueblos limítrofes y a los soldados en el frente.
Este libro tiene una gran importancia por su alto valor documental, tanto escrito, como gráfico y audiovisual. Incluye un código QR que da acceso a más de una hora de material documental con entrevistas a familiares descendientes de las víctimas. Este vídeo se titula Hijos de la Carta y contiene información sobre la relatada carta de Paredes de Buitrago. Es digna de destacarse la financiación por parte de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática que ha hecho este libro posible
Agradecimiento a la Asociación Comisión de la Verdad y, en especial, a su secretaria, Carmen Carreras, por la información brindada y las sugerencias y correcciones en torno a este texto.
Laura Ramos, investigando la cultura e historia de Sanse.