Adriana Cerezo ha vuelto a hacerlo, convertir lo extraordinario en ordinario. La española del Hankuk TKD de Sanse se ha hecho con la medalla de bronce en el mundial de taekwondo de Bakú. Con tan solo 19 años ya posee un palmarés histórico y del que muy pocos atletas pueden presumir. La taekwondista cayó en las semifinales en la categoría de -49 kg y se quedó a las puertas de una final muy esperada.

Foto: Hankuk Taekwondo

Bakú se trataba del segundo mundial senior que disputaba Adriana Cerezo tras hacerlo el pasado año en México. Esta vez, a la segunda fue la vencida y logró llevarse su primera medalla en un mundial. Un metal más para la colección de la deportista que a su temprana edad atesora ya una plata olímpica, un oro en el campeonato de Europa o un oro campeonatos tan importantes como el Grand Prix de Roma.

El objetivo de Adriana no era otro que el del oro. Tan solo un combate la separó del ansiado campeonato. Sin embargo, el prestigio del bronce es algo que también congratula y habla de manera excepcional de su rendimiento y trabajo. Un trabajo que realiza cada día en el Hankuk, donde parece que las medallas internacionales se han convertido en lo rutinario. Para llegar a ese punto el trabajo de todo su staff, encabezado por Jesús Ramal, ha sido clave.

Hace dos días hablábamos de Luana Marton y su coronación como campeona del mundo y hoy lo hacemos del bronce de Adriana Cerezo. Y aún queda Viviana Marton… quién, al igual que su hermana, debuta con tan solo 17 años en la cita mundialista. El conseguir tres medallas de tres posibles parece algo probable visto lo visto.

El Hankuk continúa haciendo historia y siendo partícipe del camino a la gloria de sus atletas. Sanse no tiene un club de taekwondo, tiene una fábrica de campeones que pone en la órbita mundial al municipio.

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