Hoy se cumplen 21 años de los atentados del 11 de marzo de 2004, el ataque terrorista más letal en la historia de España. A las 7:37 de aquella mañana, hace más de dos décadas, diez explosiones simultáneas en cuatro trenes de cercanías dejaron 193 muertos y más de 2.000 heridos en Madrid, un episodio que cambió el rumbo del país.

Los trenes, que circulaban hacia la estación de Atocha, fueron atacados en Atocha, El Pozo, Santa Eugenia y un tramo cercano a la calle Téllez. Las bombas, ocultas en mochilas y activadas mediante teléfonos móviles, estaban fabricadas con dinamita robada. El objetivo: ciudadanos anónimos que viajaban rumbo al trabajo o a sus estudios. En pocos minutos, la rutina dio paso al caos, y las imágenes de vagones destrozados se grabaron en la memoria colectiva.

El atentado, reivindicado días después por una célula yihadista, conmocionó a España y al mundo. La investigación posterior, que culminó en un juicio en 2007, condenó a 18 de los responsables, pero el impacto del 11M trascendió las sentencias. Aquel día dejó una cifra devastadora —193 vidas perdidas y miles de afectados— y un país enfrentado a la magnitud de la violencia terrorista.

A 21 años de distancia, el 11 de marzo sigue siendo un hito que no se desvanece. Las explosiones no solo destruyeron trenes, sino también la sensación de seguridad cotidiana para una generación. Hoy, la fecha vuelve a recordar lo que ocurrió: un ataque que buscó dividir, pero que también puso a prueba la capacidad de una sociedad para mantenerse en pie.

Este 11M, 21 años después, España mira atrás para no olvidar. La tragedia de 2004 permanece como un capítulo imborrable, un recordatorio de las vidas que se perdieron y de un día que transformó la historia.

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  1. Los atentados yihadistas cometidos el 11 marzo 2004, tres días antes de las Elecciones Generales, desataron en España un terremoto político cuyas consecuencias aún perduran. Marcaron la historia de España.
    Los cuatro o cinco principios básicos, que sustentaban el espíritu de concordia desde que se inició la “transición” en los años 70, desaparecieron a partir de estos atentados. PSOE y PP utilizaron los atentados según sus intereses, con el consiguiente advenimiento de nefasto Zapatero, quién abrió la brecha del resentimiento con la ley de “Memoria Histórica”.
    Pedro J Ramírez, Casimiro García Abadillo y Federico Jiménez Losantos, con mentiras y medias verdades, acusaron a policías, jueces y fiscales de conspirar para encubrir a terroristas. Con sus “teorías de la conspiración del 11 M”, ignorando y despreciando las sentencias de Audiencia Nacional (2007) y Tribunal Supremo (2008), dividieron a las victimas y causaron la crispación social y política cuyas secuelas aún están presentes.
    CINCO años después, estos periodistas seguían insistiendo en la autoría de la banda criminal ETA con la promoción del libro «Titadyn» (nombre de dinamita utilizada por ETA) del que es coautor Casimiro García Abadillo.
    El libro «Las Bombas del 11-M. Relato de los hechos en primera persona». (Amazon 2014). publicado por el comisario jefe de los TEDAX, Sánchez Manzano, contiene un buena recopilación histórica de lo ocurrido.
    Acceso GRATUITO en biblioteca digital universitaria Dialnet.

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