El sistema Vigía, la herramienta que puso en marcha en abril el Canal de Isabel II para detectar la presencia de restos de Covid-19 en aguas residuales no depuradas con el objetivo de anticiparse a su incidencia, ha detectado en las últimas semanas un ligero repunte en la región, «pero nada significativo», por lo que la tendencia es «estable», han informado a Europa Press fuentes de la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Sostenibilidad.
En detalle, los datos de la semana pasada muestran niveles moderados de coronavirus en dichas aguas fecales, tanto en la capital como en el resto de la región. Son datos muy alejados de los datos del pico de la segunda ola el 20 de septiembre, pero han detectado incrementos en algunos municipios como Leganés, Móstoles, Fuenlabrada, Alcorcón, Las Rozas, Alcobendas, San Sebastián de los Reyes y algunas áreas de Madrid como Chamberí, Mirasierra, Aravaca o Barajas.
No obstante, hay que esperar a los próximos días para confirmar las tendencias. Además, las muestras reflejan que la presencia de Covid-19, en aguas residuales tardan entre 3 y 10 días en mostrar datos consolidados. Esto significa que la media para consolidar los datos requiere de una semana para poder considerarlo un dato fiable. «Pero está claro que los datos que nos muestra son fiables y así se trasladan a Sanidad como un elemento más de vigilancia epidemiológica», trasladan.
5.800 análisis en cinco meses
Es la Consejería de Sanidad quien hace una valoración del conjunto de los distintos indicadores, los resultados de las PCR y los test de antígenos, hasta la valoración de los ingresos hospitalarios y de UCI, o presión asistencial y a ello se suman los resultados de los análisis de aguas residuales.
La Comunidad de Madrid lleva cinco meses en toma de muestras. Se han hecho más de 5.800 análisis. «Es como si hubiéramos rastreado 25 veces al 100 por ciento de la población de la Comunidad de Madrid», detalló Paloma Martín, Consejera de Medio Ambiente. EFE.