De nuevo el equipo de gobierno de San Sebastián de los Reyes nos sorprende con una ocurrencia digna de Cuarto Milenio. Han traído una máquina del tiempo con la que nos transportarán 80 años atrás. La moción de Ciudadanos donde se propone el nombramiento del Santísimo Cristo de los Remedios como alcalde perpetuo de nuestro municipio nos llena de estupor. Cierto es que ya nos habían anticipado su forma de entender la política con esas juras de bandera cuarteleras en la Plaza de la Constitución o con los desfiles de veteranos en las fiestas de agosto.
Cuando los servicios sociales se encuentran prácticamente paralizados y la única alternativa de ayuda a las personas más desfavorecidas son organizaciones religiosas, la solución nunca es regalar títulos a su jefe o a sus miembros, sino gestionar y dotar adecuadamente los recursos comprometidos en los presupuestos.
La acofensionalidad de nuestro Estado se da de bruces con este tipo de políticas que entienden las banderas por encima de las ideas, las fiestas contra el descanso, los santos contra las personas.
Después de dar nombre a nuestras glorietas con alcaldes franquistas o poner vírgenes en nuestras calles, después de museos y homenajes a personas con delitos de sangre, después del aumento del gasto en festejos y la entrega de las competencias sociales a organizaciones religiosas, después de las subidas de impuestos nada progresivas, este nombramiento es la gota que colma el vaso. Sanse da un salto en el tiempo y regresa a una época en la que la política se administraba como un cortijo y a sus representantes se les elegía de entre los caciques.
Quizá haya que hacer como sus iguales ideológicos de Castilla y León y en mayo obligarles a escuchar el latido de este pueblo que no quiere volver a los años oscuros de nuestra historia.
Tan solo esperar que este nombramiento no lleve dotación económica ni tenga voto de calidad.
Serafín Frontino Martínez
Portavoz Asamblea Izquierda Unida San Sebastián de los Reyes
