La Fundación Mario Losantos del Campo ha recogido más de seis
toneladas de comida en la IX campaña ‘Alimentos para Malaui’,
celebrada el 15 y 16 de noviembre en la zona norte de Madrid, con
productos que ahora serán enviados a ese país, para ser repartidos en
proyectos para paliar la malnutrición.
Malaui es actualmente uno de los países más pobres del planeta y se
espera que entre este mes de noviembre y marzo de 2020 al menos un 7% de
la población -1,06 millones de personas- padezcan inseguridad
alimentaria. Las principales causas son las graves inundaciones,
seguidas de fuertes periodos de sequía, que han vuelto a perjudicar las
cosechas.
A esto se une la plaga del cogollero de maíz -una oruga que daña el
principal cultivo local- y los elevados precios que están alcanzado los
alimentos básicos en el mercado y que pocas personas pueden permitirse.
El 40% de los habitantes de Malaui vive por debajo del umbral de la
pobreza y un 26% sufre malnutrición crónica, que se refleja en los
elevados índices de mortalidad infantil y materna que registra el
país.
En total, los 50 voluntarios participantes consiguieron 6.374 kilos de
productos no perecederos que fueron donados en el supermercados de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes
Se ha recaudado especialmente aceite, legumbres, pasta, arroz, leche en
polvo y conservas de carne y pescado, a los que se han sumado nuevas
donaciones de particulares y colegios, cuyo recuento ha finalizado esta
semana.
Ahora, las seis toneladas de alimentos serán trasladadas a Sevilla,
donde la asociación Llamarada de Fuego las enviará por mar a
Mozambique para, desde allí, partir por carretera hasta la parroquia de
Benga, situada al este de Malaui.
Según el coordinador de los proyectos de la Fundación en Malaui,
Manuel Hernández, esos alimentos servirán para mejorar durante algo
más de seis meses la nutrición de 205 niños que asisten a las
escuelas de Benga, Mlambe y Chikowa.
Además, el excedente de legumbres y pasta permitirá repartir durante
dos meses un suplemento nutricional entre 120 ancianos sin recursos de
Benga.
Mercedes Yerla
