Cuando ya hemos rebasado los 530 años de la fundación de nuestra localidad, ese 2 de mayo de 1492, según la Real Cédula dada por los Reyes Católicos, y que nos relata Laureano Montero en su “Crónica de San Sebastián de los Reyes”, pero que si seguimos cronológicamente los hechos que dieron lugar a que varios vecinos de la inmediata villa de Alcobendas, liderados por Pedro Rodríguez, el viejo, se apartaron de su señor Juan Arias, y se instalaron en torno a la ermita de San Sebastián en el cerro del Clavel.

Foto: Santiago Izquierdo

Por lo que respecta al Cuarto Centenario de la fundación de nuestra ciudad, afortunadamente disponemos de lo que nos relata Leopoldo Jimeno en el libro que escribió con motivo de esta efemérides y a través de él podemos saber cómo era la sociedad y el carácter de nuestros antepasados y al respecto de ello nos dice lo siguiente:

“Distínguense los habitantes de San Sebastián por su carácter franco, afable y obsequioso en particular con el forastero, a quien prodigan todo género de consideraciones, pero dotados de un amor propio que, sin ser exagerado, demuestra el cariño que sienten por su pueblo. Son enemigos de la adulación y de un fondo bondadoso y noble. Son obedientes y regularmente instruidos, respetuosos, y en extremo trabajadores. Sus diversiones, que suelen consistir en jugar a la pelota, calva, barra y rayuela. Sus buenas costumbres influyen de tal manera que son pocos, muy pocos los vecinos que han sufrido los rigores de la justicia. Profesan la religión católica apostólica y romana, y sin embargo de su indiferentismo por lo que a las prácticas religiosas se refiere, son fanáticos y apasionados por el Santísimo Cristo de los Remedios, al que presentan un culto y veneración digno de todo encomio”.

También nos deja constancia de que son muy dados a diversiones, como ya se ha señalado, y en particular a las corridas de toros.

En cuanto a los festejos está la que tiene lugar el 20 de enero a su santo titular San Sebastián, mártir, y que es costeada por el municipio. El otro festejo es en honor del Santísimo Cristo de los Remedios, el 28 de agosto, y que dura cuatro días y que sintetiza las costumbres de los sencillos labradores y ganaderos de este pueblo, se las puede considerar verdaderamente unas fiestas populares.

Programa de fiestas

Dan comienzo con unos vistosos fuegos artificiales, que se queman en la Plaza del Ayuntamiento la noche del día 27, después del Miserere, que a gran orquesta se canta en el templo parroquial, Este día es conocido como Día de la Pólvora.

El día 28 comienza con una gran diana con música de aire y que recorre el pueblo al rayar el alba. A las diez de la mañana tiene lugar una solemne Misa con sermón, el cual se confía a uno de los oradores más reputados de la Corte. Por la noche, a las ocho, sorprendente procesión donde se puede apreciar la inmensa afluencia de forasteros, así como la fé y la devoción de los asistentes, mucho de los cuales caminan descalzos detrás del Santísimo Cristo, en medio de las numerosas velas que portan, así como los melodiosos acordes musicales que la capilla va cantando diferentes motetes durante la carrera procesional. Terminada la solemne procesión y después de haber cenado empiezan los bailes en la plaza y calles, así como en casas particulares que no terminan hasta la madrugada, en que llega el encierro de las reses que se van a lidiarse. Este día se denomina del Cristo.

El día 29, corrida de novillos moruchos, procedente de acreditadas ganaderías de Salamanca o de Colmenar Viejo. La lidia comienza por la mañana con dos novillos de prueba, que se denominan los toros del aguardiente. A las nueve se subastan los tendidos, adjudicándose al mejor postor. A las diez comienza la corrida que termina a las dos, volviéndose a reanudar a las tres para terminar al anochecer. A la salida de los toros es imposible el tránsito por las calles afluentes a la Plaza, que es tanta la concurrencia de forasteros de los pueblos limítrofes que no dejan de transitar, los unos en carros, otros en caballerías y muchos a pie, un gran número de éstos llegan en los ómnibus que vienen de Madrid. Todo ello forma tal contraste y algazara que presenta un alegre conjunto. Este es conocido como día de los Toros,

El día 30, tiene lugar los bailes por la tarde en las eras situadas al saliente de la población, este es el día conocido como de las Higueras, sin duda este nombre responde a que antiguamente en las huertas que hay contiguas, las del Pilar de Abajo, al sitio donde se celebraba había muchas higueras, cuyo fruto vendían a los concurrentes. En este sitio  los mozos y gentes de buen humor dejan concertada la función que el día 8 de septiembre ha de hacerse, y que por lo regular consiste en corridas de vacas y bailes con música que al efecto se trae de Madrid.

El día 31, como fin de fiesta, hay la costumbre de ir a las viñas, donde se pasa el día alegremente.

En los días que duran las fiestas hay infinidad de puestos de confitura, frutas, buñuelos y baratijas que forman un alegre contraste, que se arriendan para con su importe contribuir a hacer la función. Lo que coloquialmente se dicen los puestos de los “almendreros”.

Hasta aquí lo que nos relata Leopoldo Jimeno, que en esos años actúa de secretario de los festejos que se celebran en honor del Santísimo Cristo de los Remedios, así aparece en diversos expedientes que se custodian en el Archivo Municipal,  aunque no sabemos la causa de que no se conserve el del año 1892, cuando sí que están el anterior y el posterior. Quizás algún “investigador avispado lo cambiase de lugar”, creo que me sabréis leer entre líneas.

La verdad es que no se conserva ningún documento que sea significativo de las celebraciones, si las hubo, conmemorativas del Cuarto Centenario de la fundación de nuestro pueblo, a pesar de lo que he rastreado en busca de algún dato he encontrado muy poco.

El cronista Isidoro Rodríguez “Doro” en su libro “Historia de San Sebastián de los Reyes” no menciona nada sobre este cuarto centenario. Es posible que lo tuviese en “cartera” para el Tomo Segundo que nunca vio la luz.

Libro de actas del Concejo de 1892

Al repasar el libro de actas del Concejo de 1892 os digo con sinceridad que me he llevado una gran decepción, ya que tenía el convencimiento que nuestros antepasados hubiesen celebrado la efemérides de IV Centenario de nuestra fundación, pues no aparece ninguna celebración, tan sólo en la sesión del día diez de marzo figura lo siguiente:

“Se ha recibido una comunicación del señor Presidente del Excmo. Ayuntamiento de Madrid  de fecha 9 de marzo, concediendo autorización para que en el archivo de dicho ayuntamiento se adquieran datos referentes a la fundación de este pueblo, en su consecuencia, se dio comisión para verificarlo a los señores Presidente, Giménez y Gómez auxiliados por el Profesor don Leopoldo Jimeno y el secretario de este Ayuntamiento”.

Ni una línea más. No se menciona si efectivamente acudieron al Archivo de Villa a recoger los datos que en el mismo existen sobre la fundación de nuestra localidad, y que somos varios los que los hemos mencionado en diferentes artículos.

Además conociendo quienes son los que se acuerda que acudan a verificar los datos al Archivo de Villa de Madrid, el propio alcalde,  Hermenegildo Izquierdo Menoyo, acompañado de Manuel Giménez Frutos, Venancio Gómez Martín y don Leopoldo Jimeno Maté, ninguna de los mencionados nos son sospechosos de ser personas poco “cultivadas”.

Lo que se me ocurre es que si se realizó esta visita al que le sirviese de provecho fue al maestro de primeras letras Leopoldo Jimeno, puesto que es en este año 1892, como anteriormente he citado, es cuando publica su libro dentro de la colección de la Diputación Provincial.  

Quizás que con estos datos que pudo recoger en el Archivo, junto con los que ya había publicado Laureano Montero dos años antes, que sabemos que éste si estudió los documentos existentes en el Archivo de Villa, le sirviese para redactar su libro, puesto que muchos datos son calcados de los de Montero, lo que si se le puede agradecer a Jimeno es que organiza los datos por capítulos.

Estos documentos si que debieron ser recogidos del Archivo de Villa de Madrid, y que desgraciadamente en un viaje que realizó el secretario don José Redondo a Madrid para justificar algunos derechos históricos que tenía nuestra localidad, los extravió en un tranvía, y pese al anuncio que se hizo en la prensa del momento y que se gratificaría a quiénes los entregase, nunca se recuperaron. En el Archivo Municipal se conserva un expediente sobre este lamentable suceso.

Algunos datos de las actas

La Corporación Municipal ese año de 1892, estaba constituida por los siguientes señores: Alcalde: Hermenegildo Izquierdo Menoyo; Primer teniente de Alcalde: Vicente Sanz González; Segundo teniente de Alcalde: Manuel Giménez Frutos; Síndico: Francisco Navacerrada Navacerrada; Interventor: Venancio Gómez Martín; Regidores: Juan de Mata, Juan Olivares Mateo, Ramón Pérez Moreno y Pío Olivares Muñoz.

Y por decir algo, no porque sean datos de mayor importancia, entre los acuerdos que se toman está el nombramiento de Depositario Municipal a Silvio Abad Menoyo, puesto que Agustín Montes García ha presentado su renuncia al cargo por motivos de salud.

Se acuerda pagar los gastos ocasionados por la función* de San Sebastián, en cambio los gastos por la festividad del Cristo de los Remedios no figuran, lo que si sabemos que para éstos se confeccionaba un expediente, y que en esos años el responsable de hacerlo era Leopoldo Jimeno.

Citemos el nombramiento por guardas de la dehesa a Inocente Mateo y Mariano Isabel, a cambio de cobrar por cada par de caballerías sueltas tres céntimos de peseta. Y también se acuerda expulsar de la dehesa el ganado cerril propiedad de Manuel Montes.

Otros nombramientos que aparecen son los de adjuntos para consumos: Manuel Montes García, Balbino Navacerrada Alagón, Juan Esteban Sanz, Cesáreo Navacerrada Navacerrada, Juan Sanz Olivares, Gregorio Izquierdo Menoyo, Venancio Sanz Díaz, Celestino Esteban Paredes y Martín Gómez Mateo.

El resto de los acuerdos son los cotidianos de la vida municipal: la cobranza de arbitrios, que si Bernardino Gómez que tiene una tierra en el Callejón de la Robliza junto al Arroyo de los Quiñones se ha metido dentro del margen del dicho arroyo. También figuran varios acuerdos de amillaramientos.

El amillaramiento consistía en incluir en un padrón los bienes inmuebles de los vecinos, es un antecedente del Catastro.

Nada de nada

Alguien que en su momento se “entretuvo” en estudiar los papeles de nuestro Archivo Municipal puso de su puño y letra con lápiz rojo la palabra NADA, y efectivamente, yo tendría que haberle hecho caso y no molestarme en estudiar estas actas, pero como responsable del Archivo estaba en la ineludible obligación de hacerlo.

Como podéis comprobar esta efemérides pasó sin pena ni gloria, incluso he repasado los documentos inéditos que Laureano Montero describió sobre su pueblo, que es el nuestro, y he constatado que no contienen ningún dato relevante al respecto, pero que afortunadamente esos originales se conservan en el Archivo Municipal donados por sus herederos.

Queda pendiente dedicar algún artículo sobre las celebraciones y actos conmemorativos del V Centenario, año 1992, pero preferiría que fuese otro el que lo hiciera, ya que me tuve que hacer cargo, en un momento determinado, de la Gerencia del Patronato Municipal Quinto Centenario, y no creo que sea yo el más indicado para hacerlo.

  • En San Sebastián de los Reyes como en otras muchas localidades a las fiestas se las denominaba por costumbre y tradición como la función.

Santiago Izquierdo G. Bárcena. Cronista Oficial y Archivero Municipal emérito.

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